Obras duraderas y complicadas
Tras tres años y medio de obras, se inauguró la estación en 2008 y el barrio bilbaíno quedó así comunicado con la red de cercanías de la zona. El trabajo de los ingenieros de Ineco ha resultado clave en un complejo proceso de edificación por la dureza de la roca caliza y los profundos desniveles de la zona.
La estación se encuentra a cerca de 50 metros bajo tierra, la más profunda de toda la red de Adif. La fachada principal está acristalada de forma que parece una gran caja de vidrio y da una imagen liviana y ligera desde fuera.
Amenizar el recorrido
Ineco le ha dado un toque especial a la estación. Por dentro, las paredes de los ascensores y de varias de las infraestructuras internas son también de vidrio, por lo que se puede ver a través y disfrutar de un recorrido singular dentro del complejo.
Algunas partes del suelo de los vestíbulos también son de cristal y se iluminan desde el vestíbulo inferior.
Servicio eficiente
La estación conecta en torno a 3000 viajeros al día con el resto de servicios de transporte público de Bilbao en menos de 2 minutos, y tiene una frecuencia de trenes de 10 minutos en horas punta y 20 minutos en hora valle.